Aprender a defenderse en una situación de peligro es una moda. No es una tendencia pasajera. Es justo y necesario. Sin embargo, y aunque siempre han existido estas clases de defensa personal de un tiempo a esta parte ha habido un repunte en su oferta : hay nuevos centros especializados en defensa personal femenina; gimnasios que incorporan esta modalidad de clases en sus programas de actividades; aunque siempre ha existido una gran demanda de estas clases, algo está cambiando para peor. “Siempre han venido muchas mujeres, pero ahora con las nuevas tecnologías hay un acceso a la información mucho más inmediato y el tema de la violencia de género está cada vez más en los medios”. Esto no quiere decir que la mayoría de las mujeres que asistan a este tipo de cursos hayan sufrido alguna agresión previa o intimidación. Al contrario, lo que hay es una mayoría de mujeres concienciadas de la importancia que tiene saber responder ante una situación de peligro. De hecho, cada vez son más las madres que acuden con sus hijas adolescentes.Y esto nos lleva al verdadero peligro de lo que está pasando ya que se les están impartiendo cursos, clases, masters, jornadas…etc que les están creando una falsa realidad y que cuando llegue el momento la herramienta aprendida no será la adecuada; Por lo que se está jugando con la vida de las personas y nadie hace ni dice nada. Por lo que me reitero en que esta MODA= MATA
El objetivo fundamental
Los objetivos prioritarios de estas clases son el mejor reclamo para convencernos de la importancia que tiene que todas las mujeres reciban algún curso de este tipo. objetivos fundamentales: dotarlas de una serie de herramientas que las permitan afrontar una agresión de la mejor manera posible y, segundo, que se lo creán”, el gran cambio emocional que experimentan las mujeres que acuden a un curso de defensa personal, ya que pasan de pensar que no van a ser capaces de responder ante una agresión a creer que pueden (y deben) hacerlo. “Saber que tienes herramientas y que, además, no requieren fuerza, nos da más confianza. Y esa confianza hace que en muchos de los casos, si llega el momento de afrontar una agresión, no te quedes paralizada.
¿Por qué todas las mujeres deberían asistir a estas clases?
Además de la seguridad y del cambio emocional que aportan a quienes las practican, hay un trasfondo eminentemente práctico : tener al alcance todas las herramientas necesarias para resolver una agresión o un intento de agresión de la mejor manera posible. “Los movimientos están basados en ejercicios instintivos y fáciles de recordar y realizar en una situación de peligro, lo que ayuda a que las personas que se animan a probar estas clases adquieran facilidad para practicar esta técnica”.
¿Con un curso es suficiente?
Puedes realizar un curso puntual durante unas semanas o practicar estas clases de forma periódica y continuada, pero debes saber que lo ideal es ser constante para “interiorizar y automatizar esos trabajos para que en el caso de que se produzca esa agresión, les salgan sin tener que pensarlo”.