El final de año suele acompañarse de un análisis de conciencia. Solemos hacer repaso de lo conseguido y de lo pendiente. Recordar las metas logradas es una fuente de orgullo. Nos sentimos bien con el deber cumplido.
Muchos otros propósitos se quedaron en el camino. Por falta de motivación, por falta de tiempo, de organización o porque no siempre sabemos pasar al modo on. Con el deseo no basta. Nada sucede si tú no intervienes. Nos encanta fantasear con lo que nos gustaría hacer, llegamos incluso hasta el nivel de la planificación, pero pasar de la planificación a la acción a veces cuesta un mundo.
Si eres de los que se sienten identificados con este punto. Tranquilo, ni medio reproche. No servirá de nada. Lo que sirve es buscar soluciones para 2021.
Así que para para pasar al modo acción:
- Póntelo fácil. Nadie quiere implicarse con actividades complicadas. Si por ejemplo quieres ir a Defensa Personal y te han dicho que el mejor centro te queda a veinte minutos en coche y esto te tiene paralizad@, busca un centro cerca de casa. Igual no es tan estupendo como el otro, pero es más viable que acudas a él. O si te has propuesto este año deshacerte de tantas cosas acumuladas en casa, facturas antiguas, ordenar cajones, apuntes de la Universidad que llevan veinte años cogiendo polvo, proponte solo dedicarles media hora al día. No necesitas que sea todo de golpe.
- Siéntelo. Si no lo sientes, no lo podrás hacer. Marcarte, comprometerte y materializar un objetivo que no te remueve por dentro es bastante complicado. Es cierto que tenemos responsabilidades o cambios que tenemos que dar que a veces no necesitan motivación o sentirse. Necesitan responsabilidad. Pero si puedes encontrar el para qué lo estás haciendo, te harás un favor. El para qué no es algo que surja la primera vez que te lo preguntas «¿para qué quiero ir a clases de Defensa Personal?» Para encontrar mi autoestima, para no perder la tranquilidad… Estas respuestas son las socialmente aceptadas, son lo que esperas de ti. El verdadero para qué es lo que te remueve… «para sentirme mejor conmigo misma, para disfrutar de un tiempo que ahora no tengo y poder vivir con más tranquilidad, para salir de trabajar sin miedo y ver mi mejor versión guerrera…». Busca tu ‘para qué’.
- No hay plan B. Deja de contemplar mentalmente una alternativa. Cada vez que no te pones en acción con tu propósito es porque tu mente te ofrece otra alternativa. Tu mente te está diciendo «¿ahora te vas a poner a recibir clases de Defensa Personal? Si pierdes tiempo y tienes que hacer un millón de cosas más importantes» o «¿Ahora vas a llamar para buscar cual se adapta mejor a tus horarios o expectativas? Si te van a entretener por teléfono y no tienes tiempo». Sí lo tienes, pero te da pereza tener que enfrentarte a la burocracia de la confianza de si acertaras con el profesional adecuado que no necesitas o realizar cualquier gestión que es un fastidio. Nuestra mente en general tiende a lo vago, es una conducta que nos ha ayudado a sobrevivir. Así hemos ahorrado energía. Porque, ¿no me dirás que ahorras mucha más energía y estado de ánimo dejando de llamar a la telefonía móvil, los seguros o cualquier reclamación? Claro que sí, pero si consiguieras hacerlo, mejorarías tu vida económica. Deseamos hacerlo, pero la pereza y la falta de motivación nos puede. Dile a tu mente, con fecha y hora concreta, que no hay plan B. Que a tal hora te pondrás con ello. Y ya está, te pones, sin más vueltas.
Eres protagonista de tus éxitos, pero también de toda tu dejadez y tu falta de acción. Fantasear es muy chulo, pero no materializa nuestros deseos en realidad. Lo que sí lo hace es ponernos en modo on.
TE ESPERAMOS