Muchas veces pensamos al iniciar el camino de las artes marciales que el instructor o maestro es una especie de máquina, que nunca comete errores, que jamás flaquea, que no tiene debilidades, ni lucha con los problemas o necesidades de los “simples mortales” como nosotros.
Pero la realidad es muy diferente. Un “VERDADERO MAESTRO” no es más que un ser humano que inició el camino antes que tú y puede mostrarte la manera en que superó sus obstáculos y miedos para darte una guía o un consejo que te abra el camino. Está muy lejos de ser perfecto. Se levanta cada día a enfrentar sus batallas e intentar superarse de la mejor manera para hacer el camino más fácil a quienes lo siguen. Entrena, investiga, estudia, experimenta y comete errores pensando en el bienestar y crecimiento de sus discípulos, en mostrarles con la experiencia y sufrimiento propio el mejor camino, muchas veces a costa de su propia felicidad. Sale constantemente de su “zona de confort” y te motiva a hacerlo para mostrarte de cuánto eres capaz si te lo propones.
Por eso jamás pienses que tú MAESTRO es perfecto, ni sigas a quienes dicen serlo. Respetarlo, honrarlo y ten siempre en cuenta que él te ha entregado mucho más que solo conocimiento, él te ha dado un pedazo de su propia vida.SE PUEDEN COMPRAR AQUELLAS COSAS QUE TIENEN UN PRECIO, MÁS NUNCA LAS QUE TIENEN VALOR. Y TU MAESTRO TE HA ENTREGADO TODO LO QUE REALMENTE VALE.Lo que te llevas es invaluable, no es algo que se puede medir o pesar, ni se trata de los trofeos o medallas que logres con ellos, se trata de la calidad humana y el cambio en el mundo que podemos lograr a través de enseñar artes marciales.
Por último, disfruta este viaje e inspira para que cuando tú hayas cumplido esta etapa, vengan más detrás de ti quienes estén dispuestos a mantener vivo este hermoso arte.
Si tú ya eres uno de esos grandes profesores y aunque muchas veces tu trabajo no sea reconocido, o surjan dificultades, siéntete orgulloso y pleno cada día, no estás solo, somos una gran familia que hace las cosas por convicción, haciendo lo que nos apasiona en diferentes partes del mundo.
“Enseñar es un don que requiere dedicación y no cualquiera se atreve a dedicarse a lo que en realidad ama”